por crearte una vez más
de la que existías
(es que la idealización
a veces se disfraza
tan
bien
de amor).
La culpa es mía
por creer
que eras la cama
donde nos acabamos tantas noches,
cuando en realidad
eras
todos los monstruos
que hay abajo de ella.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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