-O te subes al carro
o tendrás que empujarlo.
Ni me subí ni lo empujé.
Me senté en la cuneta
y alrededor de mí,
a su debido tiempo,
brotaron las amapolas.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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