A veces hay que irse dando un portazo,
y no mirar atrás mientras la casa se derrumba.
A veces duele demasiado la huida,
pero duele más renunciar a respirar
por quien ni siquiera se da cuenta de tu asfixia.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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