A veces la hostia
nos la damos simplemente
por no querer abrir los ojos.
Porque mira que hay
precipicios claros...
o vuelos
que merecen
demasiado la pena.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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