Tenías el color de todas las acuarelas, los acuarios, las puestas de sol en Valparaíso, los caleidoscopios en Islandia y las bolsas de chucherías en las celebraciones.
Vistos por un cineasta hace cincuenta años.
Nunca me había gustado tanto el gris.
Lo que tiembla y se desmorona soy yo. Lo que se abruma y oscurece soy yo. La ciudad destruida la gente extraviada soy yo.
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