La parte de sí
que hay en el no
y la parte de no
que hay en el sí
se separan a veces de sus cauces
y se unen en otro
que ya no es sí ni no.
Por ese cauce corre el río
de los cristales más despiertos.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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