Tuve una vez un gran amor
que derribó mi casa
agrietó mis puentes
y me hizo perder el equilibrio.
Después vinieron las réplicas:
amoríos de baja intensidad
que ni siquiera
me hicieron temblar.
En cuanto al gran amor
ay mísero de mí
todavía respira
debajo de las ruinas.
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