son un secreto homenaje a la alegría.
De ser posible, yo pediría ser barco,
uno que va hacia su naufragio
y sabe que hay un iceberg para él.
Mi vida consisitiría en aprender
a nadar tranquila.
Lo que tiembla y se desmorona soy yo. Lo que se abruma y oscurece soy yo. La ciudad destruida la gente extraviada soy yo.