son un secreto homenaje a la alegría.
De ser posible, yo pediría ser barco,
uno que va hacia su naufragio
y sabe que hay un iceberg para él.
Mi vida consisitiría en aprender
a nadar tranquila.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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