Sentirse invencible y quitarse la armadura
olvidando por completo
que hay sonrisas que matan más que el acero.
Y es entonces cuando ganas.
O pierdes.
Yo qué sé.
Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo...
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