Huir de uno mismo,
perderse,
levitar,
ayunar,
sentir el cuerpo vacío, agotado, dolorido.
Mudar la piel,
beber,
vomitar,
tocar fondo,
follar con desesperación y luego no recordar nada.
Estar ausente de todo.
Para, después, aferrarse de nuevo a la vida.
Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreír a los vecinos
cuando te saludan en la escalera.
-¿Qué tal estás, preciosa?
-Jodidamente bien, gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario