Raquel.

no sé alejarme de tus manos

que a veces acarician

y otras me clavan las uñas.

Raquel.

El tiempo pasará

y yo habré llorado otras lágrimas

reído en otras bocas

acariciado otras pieles

vivido otras vidas

amado otros amores

pero no te habré olvidado.

Raquel B.

Hablemos de los cristales rotos 

A veces uno está tan roto que lo único que desea

es alguien que le llame puzle en vez de ruina. 

Porque que está partido en trozos ya lo sabe.

A un cristal roto

no hace falta recordarle que está hecho añicos:

sigue reflejando luces

y eso

nadie se lo dice.

Raquel B.

Si me vas a doler

al menos déjame

una buena historia

que recordar

cada vez

que mire la cicatriz.