jueves, 23 de diciembre de 2021

Irene.

El amor no es una mierda

No seré breve
porque no quiero ser dos veces nada. Hay tres cosas que no deberían
olvidarse nunca: 
montar en bicicleta
nadar
y el primer amor. 
Lo primero me cuesta
además me estoy ahogando
y de mí sólo puedo decirte que también me olvido con frecuencia.

El primer beso que cuenta es el que se da uno mismo
en la primera herida que le hizo el que le dio otro
y de eso sí
valientes
que no nos hemos olvidado.

Si yo fuese tan bonita como la vida
también me permitiría el lujo
de ser muy puta
pero no soy tan corta.
Corazón tenemos todos
sólo que algunos más que otros.
Y un corazón roto,
corta
pero dos...

Después de todo nos hemos puesto límites de velocidad en las ganas
como si se pudiese dar un beso con las manos en la espalda.
Nos lo hemos prohibido todo.
Y que te prohíban algo
es que te concedan el premio para hacerlo
a escondidas.

Somos rebeldes
y un poco hijos de puta
porque el mundo nos ha hecho así
de poetas 
y de maleducados.
Hemos aprendido que tiene que doler
porque si no
no es musa
ni poesía.

Y a lo único que tenemos miedo es a dejar de caer en la trampa
que por vicio
o por guapa
no deja de ser trampa
pero.

Cómo vamos a saber del cariño
si después de masturbarnos
no nos comemos la boca en el espejo
ni nos volvemos a llamar
ni nos sacamos a bailar
pero sí a olvidar.
Qué coño vamos a saber
que no sea del nuestro.

Que sí, que ya, 
que "el amor es una mierda".
Pero que la tristeza
es pisar otra.

Y ya que estamos dejando de creer en la suerte
podríamos empezar a creer en las personas
y recordar, alguna vez, que si se juntan dos tréboles
acaban siendo uno de cuatro hojas.

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Marwan.

Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para  escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo.