sábado, 8 de enero de 2022

Marina.

Quiero decir las cosas de este año de la forma más delicada posible,
¿delicada por qué?
Porque no tengo que quedarme atrapada en la banalidad del lenguaje de la queja,
en el "estoy cansada",
en "hace meses que no duermo dos horas seguidas",
eso que no expresa nada o en todo caso recubre de un pelaje, duro y espeso
el corazón del problema
por llamarlo de algún modo y darle un corazón:
el cuerpo tan sensible como si la piel
estuviera ampollada por el sol
la mente, aturdida la arena del desierto al mediodía
y el alma, si es que se pueden abrir estas partes como en un abanico para decir
"esto es así, esto es así",
el alma fina, crujiente, quebradiza
en su momento de aparente fortaleza máxima.

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Marwan.

Para escribir una poesía que no sea política debo escuchar a los pájaros. Pero para  escuchar a los pájaros hace falta que cese el bombardeo.